-¿Me quieres?
-Mucho.
-¿Seguro?
-Ya lo sabes.
-Entonces, ¿por qué me haces daño?
-Porque te gusta.
-No es cierto.
-No estás obligada a quedarte.
-Pero no quiero irme…
-Pues no te quejes.
-¡Pero duele!
-Todo duele.
-No es verdad, los demás no sufren.
-Todos sufrimos. Tú al menos tienes el remedio para dejar de sufrir.
-Hijo de puta. Tú no me amas.
-No.
-Pero me quieres.
-Mucho.
-Hijo de puta.
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