diumenge, 6 de novembre del 2011

NIETZSCHE Y SU CABALLO




Dicen que Nietzsche, de viejo, vio un día por la calle un carro tirado por un caballo medio moribundo. Al no poder el animal arrastrar el carromato, bajó su dueño a azotarlo, y Nietzsche, el eterno escéptico, rompió a llorar desconsoladamente mientras abrazaba aquel caballo que, al igual que él, se acercaba al fin de sus días.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada