dimecres, 3 d’agost del 2011

"Arbeit macht frei"

Dicen las malas lenguas (y con ello quiero decir mi padre), que en la puerta del campo de concentración nazi en Auschwitz había una placa que rezaba en alemán: El trabajo os hará libres. Qué cachondos, los putos nazis. Si es que... Tú dale a Fritz una gorra de plato y te cuenta unos chistes que te meas.
Anyway...
El empleo es algo curioso. Cuando no lo tienes, lo buscas desesperadamente, y cuando lo tienes, te cagas en él. Es inevitable, no hay buenos empleos. Los hay 'no tan malos', y ésos son a lo mejor que podemos aspirar. Me niego a creer que alguien es feliz trabajando. A excepción de los grandes hijos de puta, pero ése es un tema a parte. Yo personalmente he trabajado en cinco empresas distintas, desempeñando funciones tan estúpidas como necesarias. He barrido suelos, fregado menaje, atendido a guiris y comprado pipas con sabor tex-mex a ávidos representantes de Churruca. A saber, he sido:

-Dependienta en una tienda molongui-gótica.
-Dependienta en un videoclub cutre.
-Encuestadora telefónica.
-Teleoperadora de Pizza Hut (pongo el nombre porque ya no existe).
-Dependienta en una panadería.

¿El curro que más me gustaba? El videoclub. ¿Las peores condiciones? También el videoclub. ¿Más productos robados? Eeeeeefestiviwonder, el videoclub. Fueron tres meses interesantes, aunque terriblemente insípidos a nivel bancario. Supongo que la estantería llena de pelis que tengo delante ahora mismo no es más que la recompensa natural del karma por haber aguantado noventa días bregando con gente que duda entre alquilar 'La leyenda del Zorro' o 'Soñando, soñando, triunfé patinando' (acertadísima  traducción, por cierto, del título original: Ice princess). Luego los cajeros automáticos están llenos de filólogos homeless, claro. Aunque bueno, puede que eso sea la recompensa natural del karma por haber estado cuatro años aprobando exámenes con la punta'l nabo.

2 comentaris:

  1. 4 duros mal pagados, miles de horas aguantado a estúpidos clientes prepotentes de mierda que despiertan en ti el deseo de ser como el de Briconsejos de jardineria, el chuacheneguer ese de la coleta heavy y poderles chafar la cabeza con un ficus meterle una Papaver rhoeas por el culo

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